Sueño primero; Guerras contra los persas y setas

Mi subconsciente juega conmigo. Lo que sigue es un relato inconexo sobre sueños aún más inconexos. Todos transcurren en una sola noche, si bien hay breves momentos de pseudo vigilia entre ellos.
Para esclarecer mejor los hechos al (hipotético) lector, o a mí mismo, dividiré el sueño en tres partes diferenciadas, aunque el nexo entre ellas no lo sea.


CAMPAÑA CONTRA LOS PERSAS: El Oráculo de Delfos le aseguró una vez al rey Creso que si cruzaba el río Halys y se internaba en el Imperio Persa, al final se perdería un imperio. Creso lo tomó como una buena señal, y empuñó sus armas y cruzó el Halys, para descubrir prontamente que el imperio sentenciado era el suyo propio.
A mi derecha están los generales y a mi izquierda una bandeja con una nota. Sobre la mesa está el clásico mapa de campaña. Los enemigos son persas, siempre lo han sido.
En fin, es lógico.
Uno de los generales (son tantos, y sirven para tan poco) puedo reconocerlo como Shinsajo Remon, aunque en el sueño hace de Parmenio. Me entrega la nota, en la cual me hacen saber que la conspiración contra Sharp sigue en marcha.

AFICIONES ADOLESCENTES: Al girarme estoy frente a una pantalla jugando al Empire Total War y un tipo al que reconozco por tener el pelo naranja me pregunta que qué tal Watchmen III. "Ni idea", le respondo, "siempre me gustó más la segunda".

A esto le siguen intérvalos de vigilia: si puedo conseguir que mi ordenador acepte el Empire Total War, podré jugar. El Imperio Otomano cruza mi mente mientras opino que la sábana está demasiado aburregada, y repto por la cama hasta dar un giro de 180º sobre ella, quedando con la cabeza en el cabezal (sí, me dormí con la cabeza cerca de la orilla opuesta).

SETAS: Sigo sentado frente al ordenador, y mi madre me dice que debo ir a visitar a mi abuela Petra. Está en un bar cutre cerca de mi casa.
En primer lugar, en un estado consciente, debo aclarar que no es mi abuela, sino la suegra de mi tía abuela. Y que no sé qué diantres hace en ese bar.
La siguiente parada es un largo y estrecho túnel abséntico-bohemio lleno de tiendas donde venden setas. Camino por él con algo de reticencia, y finalmente me encuentro a Vinnie, que, como siempre, lleva su camiseta de AC/DC.

En ese momento despierto.