Una tienda de segunda mano. Remuevo las pilas de ropa y objetos en busca de algo que me pueda servir. Más que nada para pasar el rato. Estoy ayudando a mi madre, creo que ella es la propietaria de la tienda. Me dice que ahora vendrá un representante muy importante y que tiene que estar todo en perfectas condiciones. Ordeno y limpio un poco de mala gana, pero cuando el representante entra por la puerta me doy cuenta de que estoy medio desnuda y tengo que correr a taparme, con lo que hay varias cosas que no han quedado perfectamente colocadas.
Me huelo una bronca de mi madre, pero entonces el representante se acerca a mí y al montón de cosas desordenadas y, después de hacerme una serie de preguntas, dice que le gusta lo espontánea que soy y que ampliará su crédito gracias a ésa originalidad .
Me remuevo feliz en la cama porque he sido capaz de tener éxito sin los consejos de mi madre.
Claves
- Yo soy bastante inútil y torpe y parece que todo me sale mal.
- Mi madre me exige cosas totalmente distintas a mis puntos de vista, en cambio el representante parece apreciarlos.
- La tienda es desordenada y polvorienta, además sé que no es por mi culpa sino que ella lo lleva mal y me tengo que comer yo el pato.
- Me siento cohibida, sin fuerzas y avergonzada al ver que estoy desnuda.
- No tengo un objetivo claro; en realidad lo perfecto sería que mi madre no se enfadara conmigo por el desorden, pero como eso es algo que ya está hecho no hay mucho más por hacer.
Colores
Gris azulado y polvoriento del interior de la tienda.
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